Hoy os voy a hablar de un tema que sé que a muchos de vosotros os llama mucho la atención y que valoráis mucho su implementación en nuestras actividades: el aprendizaje al aire libre!
Si una cosa hemos aprendido con la pandemia mundial que tenemos encima y de la cual parece que vamos saliendo poco a poco, es que necesitamos sentir la libertad, así como salir al exterior, vivir al aire libre, no entre cuatro paredes. Pues con el aprendizaje pasa lo mismo.
Aprendizaje tradicional vs aprendizaje experiencial y sensorial
Hace ya mucho tiempo nos dimos cuenta de que es más interesante y enriquecedor aprender fuera de las aulas. No es lo mismo aprender leyendo un libro sobre plantas, ecosistemas o el ciclo de la vida, que jugando en un bosque, tocando, oliendo, viendo y sintiendo las plantas, los insectos, el agua… experimentando en el propio hábitat y volver a descubrirlo en ese libro, con otros ojos. El aprendizaje se vuelve, además de sensorial (ya que entran en juego todos los sentidos) mucho más significativo cuando lo vivimos.
Y es que ésta es una de nuestras máximas en Newpa: experimentar y vivir la naturaleza, y así, siendo conscientes de su importancia, nos haremos responsables de su cuidado.
¿Cuáles son los beneficios del aprendizaje al aire libre? ¿El aprendizaje al aire libre ayuda a aprender mejor el inglés?
Por eso, es fundamental que niños y niñas crezcan rodeados de aprendizajes al aire libre. Son muchos sus beneficios: desde el incremento de la concentración, el rendimiento y las ganas de querer aprender más, hasta la mejora de la salud de los propios aprendices. Y es que estar al aire libre es darle un respiro a nuestros pulmones y a nuestro corazón que están deseosos de desfogarse del tiempo que pasamos en la ciudad. A través del aprendizaje al aire libre y en contacto con la naturaleza, los niños y las niñas aprenden de una manera más natural y fácil un segundo idioma como el inglés. Al fin y al cabo, no es lo mismo enseñar la foto de un arbol en un libro que estar sentados alrededor de uno o estar jugando rodeándolo.
Cuando repetimos el lema de “Not all classrooms have four walls” nos referimos justo a esto, a que fuera de las aulas también se puede APRENDER, con mayúscula, utilizando los recursos de la naturaleza como materiales didácticos, haciendo real e impulsando la conexión de nuestros participantes con el entorno natural, con nuestro planeta.